lunes, 16 de marzo de 2009

EL PERDON

“SABER PERDONAR”
Por: Norma Alicia González Rosas


En donde sea que nos encontremos existirán personas a nuestro alrededor que con sus acciones nos dañarán, por ello es importante el saber perdonar; yo creo que perdonar es algo que hacemos por nosotros mismos y no por la persona que nos ha herido; ya que al perdonar, es como poner a un prisionero en libertad y descubrir que el prisionero… eres tú… Por lo tanto, abarcaré cuál es el significado de perdonar, su importancia y que es lo que nos puede ocasionar el no poder perdonar a esa persona que nos lastimó.

Una persona que perdona puede recuperarse del daño que sufrió. Está dispuesta a dar una oportunidad de cambio a quien se lo hizo y construir una vida nueva y creativa. La venganza, el rencor y el odio son sentimientos que pueden albergarse en nuestro corazón si no perdonamos.

“Perdonar es el camino de la sanación… es el dejar marchar la dureza que se tenía hacia una persona; soltando todas esas cosas que abrigábamos contra ésta y soltándola de ese vínculo… perdonar es un proceso que dura toda la vida y se va recibiendo la gracia en cada momento”. (Tomado del libro Sanación Intergeneracional, por el padre Robert DeGrandis S.S.J. y Linda Schubert).

El perdonar no borra el mal hecho, no quita la responsabilidad al ofensor por el daño ni niega el derecho a hacer justicia a la persona que ha sido herida. Tampoco le quita la responsabilidad al ofensor por el daño ocasionado… Perdonar es un proceso complejo. Es algo que solo nosotros mismos podemos hacer…Paradójicamente, al ofrecer nuestra buena voluntad al ofensor, encontramos el poder para sanarnos… Al ofrecer este regalo a la otra persona, nosotros también lo recibimos (Robert Enright, marzo de 1995).

Aquí es donde radica la importancia del perdón, es decir, liberarse de todo lo soportado para seguir adelante. Poner fin al ciclo del dolor por nuestro propio bien y por el bien de futuras generaciones. Es un regalo que debemos proporcionar a nuestros hijos. Podemos pasar del dolor a la compasión. Cuando perdonamos, reconocemos el valor intrínseco de la otra persona.
Y como nos dice Angélica Ahumada de Marroquín: se habla mucho acerca del perdón, pero, en realidad, ¿Cuántas personas poseen las virtudes para perdonar? Es una decisión, una actitud, un proceso y una forma de vida. Es algo que damos a otras personas y algo que aceptamos para nosotros.

El perdón es un acto que involucra tu fuerza de voluntad con el que te das cuenta que está en tu poder desprenderte de algo que te roba energía o tranquilidad.

Edgar Cayce, cuyo trabajo de vida lo llevó a ser llamado “místico más grande de América y padre de la medicina holística”, nos dice que las razones por las que las almas se retrasan en su evolución se relacionan con el odio y el resentimiento, es decir, por no perdonar.

Muchas veces la primera reacción que tenemos cuando alguien nos hizo daño, es hacerle un daño igual. De eso trata la venganza. Un viejo rey llamado Hammurabi dijo que si alguien nos quitaba un ojo, nosotros debíamos quitarle el suyo también. Pero Mahatma Gandhi supuso que, de ser así, todos acabaríamos ciegos. Por eso, renunciar a la venganza es detener una cadena de males para todos los seres humanos.

El rencor consiste en tener sentimientos de odio por quien nos dañó. Esos sentimientos ocupan nuestro pensamiento, como si llenáramos una habitación de cosas inútiles que terminen por echar a perder las partes buenas de la casa. Mediante el perdón hay que tirarlas poco a poco a la basura. La habitación quedará lista para recibir lo mejor que ofrece la vida.

Con todo esto, solo me queda decir que es natural que desees un castigo para quien te hizo daño. Haz, sin embargo, un esfuerzo: atrévete a perdonar y pon fin a la situación que te dolió. Ya que como dice Alexander Pope: “equivocarse es humano y perdonar es divino”. (Televisa)

Y no confundas al perdón con el solo hecho de pronunciar una palabra. Se trata de un movimiento profundo de tu corazón que te permite recuperar la alegría. En esencia, perdonar es algo que hacemos por nosotros mismos y no por la persona que nos ha herido, y recuerda también las palabras del Dalai Lama: “si no perdonas por amor, perdona al menos por tu propio bienestar”.

Finalmente hay que tener en mente lo siguiente:

“Cuando alguien nos lastima, debemos escribirlo en la arena, donde los vientos del perdón puedan borrarlo, pero cuando alguien hace algo bueno por nosotros, debemos grabarlo en piedra donde ningún viento pueda borrarlo. Aprende a escribir tus heridas en la arena y grabar con piedra tus aventuras”. (Ahumada de Marroquin, Angélica)



BIBLIOGRAFÍA

Vivir los valores, ¿Tienes el valor o te vale?, Editorial Televisa, pág. 120-127.

Una mirada a los valores, Perdón, en http://www.valores.humanet.com.co/perdon.htm (consulta: marzo 2009).

Ahumada de Marroquin, Angélica, “El valor terapéutico del perdón”, en http://www.crecimiento-personal.com/perdon_terapeuta.htm, 1p. (consulta: marzo 2009).

Balido, Giselle, “El poder del perdón”, en http://www.crecimiento-personal.com/poder_perdon.htm, 1p. (Consulta: marzo 2009).

3 comentarios:

  1. Me gusto mucho lo que escribiste.. El ser humano na ha aprendido a perdonar en la actualidad, ya que no hemos aprendidoa no hacer daño alos demas. Cuando esto pase, na habra necesidad de perdonar ya que el daño jamas habra existido.

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  2. También me gustó lo que escribiste. Eso, tenía que decírtelo :)

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